Apocalipsis - Stephen King

En 1978, Stephen King llevó a su editor lo que por aquel entonces era el manuscrito de su cuarta novela, un ambicioso proyecto que en su actual edición de bolsillo se transcribe en unas nada desdeñables 1585 páginas, algo que en su momento fue entendido como "demasiado arriesgado" en asunción de costes.
Así pues, el autor americano se vio obligado a recortar y re-estructurar buena parte del legajo original.
No sería hasta 1990 cuando viese la luz una publicación íntegra, aumentada y corregida.
Esta breve información, en una mayor, evidente y necesaria profusión de detalles viene dada en forma de prefacio del puño y letra del propio escritor en la mayoría de ediciones que adquiráis.
King ya advierte de que esta revisión está focalizada principalmente en una mayor profundidad en sus protagonistas a través de situaciones, diálogos e incluso algún personaje nuevo, pero nada vital es añadido a la obra.
Así pues, corresponde a aquellos que ya leyeran la versión publicada en el lejano 78, la decisión de adentrarse de nuevo en este largo periplo en el yermo americano y el juicio comparativo de ambas obras.
En mi caso, sólo me queda la opinión al respecto de la obra revisada, e imagino que hoy en día será prácticamente imposible hacerse con la original, probablemente relegada al coleccionismo, pero volviendo a lo que nos ocupa, hablaba sobre mi parecer, y lo cierto es que si tuviese que reducir la sensación tras haber finalizado su lectura a una única palabra, emplearía la de: indiferencia.

En primer lugar hay que resaltar que esta novela tiende a enmarcarse como terror post-apocalíptico, nada más lejos de la realidad, está más cercano a una mezcla de ciencia ficción y fantasía que a cualquier forma de horror.
Por alguna extraña razón y sin tanto renombre como otras obras del autor como puedan ser: It, El Resplandor o MiseryApocalipsis siempre ha sido muy celebrada por la crítica como una de las mejores obras del autor y muy bien acogida por los admiradores del americano y digo por alguna extraña razón porque no termino (ni terminaré) de entender bien el porqué.
En mi opinión, cuando una novela se extiende tan pródigamente ha de hacerlo con mucho cuidado y con un objetivo bien definido que justifique su vasta prolongación.
En Apocalipsis eso sucede poco y mal.
Hay demasiados personajes para que King los maneje con soltura y por desgracia son pocos los que están bien construidos, la inmensa mayoría de aquellos que pueblan esta ficción resultan preocupantemente planos.
"Los buenos son muy buenos y los malos son muy malos", raro es el personaje con inquietudes, miedos o contradicciones y los escasos que las poseen han de "pelearse" con capítulos superfluos de coetáneos menores en el mejor de los casos y banales en la mayoría de ellos para intentar mantener la empatía y el interés del lector.
Esta falta de habilidad redunda en un ritmo de narración que rápidamente se resquebraja, y ya desde sus primeros compases manifiesta una narrativa llena de altibajos y e incipientemente irregular.
Es incomprensible que personajes tan pretendidamente importantes y que protagonizan tantas hojas en la obra como Andros, Redman, Madre Abigail, Joe/Leo puedan resultar tan insufribles, vacuos y soporíferos... totalmente incomprensible.
Aunque la palma se la lleva, sin duda alguna, Fran Goldsmith, un personaje que se pasa TODA la obra llorando, y que lejos de despertar compasión o debilidad, provoca una aberrante irritabilidad en cada una de las hojas en las que aparece.
En contrapunto tenemos otros como Lauder, Flagg o Bateman que son los encargados de que sigamos avanzando a lo largo de las páginas, pero sobre todos ellos destaca "Trashcan" el personaje clave de la historia, y sin lugar a dudas el más enigmático y misterioso, con un halo de vulnerabilidad, compasión y maldad que le rodea en todo momento que lo conforman como el mejor personaje de este relato, un ejemplo que tenía que haber sido seguido por el resto.

La historia nos ubica en unos Estados Unidos devastados por una gripe vírica que ha acabado con más del 99% de la población.
En esta situación, y a través de sus sueños, los escasos supervivientes comienzan a organizarse y agruparse en torno a dos figuras que representan bandos bien diferenciados y en contraste, el del bien, representado por una longeva anciana y el mal, encarnado por una especie de oscuro y siniestro "cowboy".
Como he mencionado al principio, la novela tiene más de fantasía y ciencia ficción que de cualquier otra elemento y se encuentra claramente dividida en dos partes, la primera narra la propagación del virus y el reagrupamiento de los personajes y resulta de ser la más entretenida e interesante.
La segunda parte es mucho más irregular, los protagonistas comienzan a poner en marcha una suerte de pequeña sociedad y a plantear como actuar al respecto del bando contrario.
Es en esta segunda mitad donde la historia se entrega a un giro de 360º, con una clara y evidente connotación religiosa y profética, Apocalipsis se sumerge en una lucha bíblica entre el bien y el mal a la vieja escuela.
La fe se convierte en instrumento de lucha, la profecía en símbolo de salvación y todo culmina (atención aquellos que no deseen conocer el final) en un Deus ex machina como una catedral y que os va a dejar una cara de tontos, que tras más de 1500 páginas suena a pitorreo.
Más que pitorreo, evidencia la tendencia a lo largo de todo el libro, y esa no es otra que la de una buena idea que no ha sabido ser ni desarrollada, ni finalizada.
 Podéis continuar leyendo sin temor.
El potencial de la historia está latente en todas sus páginas pero se diluye en un mar de personajes ineficaces para conducir la historia y un desarrollo que se va mezclando con un impresentable regusto religioso muy poco edificante para el lector y nada bien traído para con la historia que no consigue hacer cuajar esta extraña amalgama.
La sensación que produce conforme el libro se consume es de que el autor se está metiendo en jardín ajeno, cuanto más se avanza, más certeza se tiene de que la historia es enrevesada y alargada innecesariamente, entrando en una espiral de la que el escritor no parece saber salir, hasta llegar a un final totalmente insatisfactorio.
Un epílogo que refuerza esa sensación que nos ha acompañado desde el comienzo de la lectura de que King no sabe muy bien qué hacer con esta historia y  que decide cortar por lo sano para evitar enredarla más de lo necesario, si es que eso podía suceder más aún.

Afortunadamente para nosotros, los lectores, y en forma de paliativo, la prosa, como viendo siendo habitual en toda su obra, se engulle sin que nos demos cuenta.
Guste más o menos, el autor posee un estilo inconfundible y de rápido consumo que mitiga esta larga y superflua travesía mediante una narración simple y directa y que en determinados momentos se hace valer de algún destello de genialidad de esos que han servido para catapultar a King como uno de los escritores más conocidos de los últimos tiempos.
Si a esto hubiésemos podido sumar un desarrollo mejor definido y mucho menos sobrecargado, junto con unos personajes mejor cimentado, más empáticos con el lector y no tan discordantes entre ellos (principal lastre de la novela) estaríamos hablando de una historia mucho mejor avenida e indeterminablemente más sólida.
Por desgracia no es así, y nos entregamos a un larguísimo e irregular trayecto, errático y confuso en su mayor parte e insatisfactorio en su conclusión por culpa de un final abrupto y caótico cuanto menos.
Quizás los más fervientes admiradores del escrito americano les resulte una novela más amena o sepan disfrutarla mejor, a mí me pareció una extraña mixtura de confusión pseudo-religiosa y fantasía ambientado en un mundo post-apocalíptico, con un desarrollo mediocre y una trama demasiado insulsa y banal; herrumbrosa y agotada como para extenderse de la manera tan exacerbada en la que lo hace.
En otra ocasión tal vez.

PD: En 1994, el mediocre director de cine americano, Mick Garris y trabajando con una adaptación del guión por parte del propio King, (al que por cierto podreís contemplar haciendo sus pinitos como actor) dirigió una miniserie compuesta por cuatro capitulos de seis horas de duración en total sobre la novela.
Para el olvido, pero quizás interesante (o no) para aquellos que disfruten de esta lectura.



2 comentarios:

  1. El final es de risa. Concuerdo en casi todo contigo. Solo decir que el inicio de la novela mantiene la intriga, ya que ver cómo el mundo se sume el caos de la mano de King es una maravilla. Luego la cosa va de mal en peor. Muy buena reseña.

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  2. Chico, no has entendido nada.
    Rebatir tu artículo sería muy sencillo.
    No entiendes nada. Pero nada. Ni de qué va la obra, lo que habla y esconde. Los personajes están perfectamente creados, radiografiando a la sociedad como pocas veces se hace. Que tú condenes a King al ostracismo más absoluto, dice ya mucho.

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