El Templo - Matthew Reilly


No sé muy bien la razón, pues recuerdo que no era ninguna fecha señalada, ni un cumpleaños, ni una celebración... el caso es, que un día, un primo mío se presentó con este libro a modo de regalo.
Yo, muy agradecido, lo acogí con mucha sorpresa y gran ilusión, iluso de mí.
En la parte posterior del libro, se hallaba una elaborada sinopsis que condensaba la esencia de lo que parecía, iba a ser una prometedora experiencia.
¡Pero!... también puedo recordar la contrariedad que me supuso la contraportada, esa escueta zona donde se habla de manera breve del autor.
Ahí se citaba como influencias principales del autor a Crichton, (hasta ahí perfecto) y a Spielberg y Lucas (preocupante y confuso).
Reticente de ese pequeño detalle, decidí darle una oportunidad, y como ya he dicho al principio, iluso de mí.

La historia gira en torno a un misterioso ídolo, una efigie que guarda en sus entrañas un inconmensurable poder, objeto de codicia desde hace siglos.
Así pues, el australiano Matthew Reilley se sirve de dos tramas paralelas para contar esta historia. Una de ellas, ambientada en el S. XVI y protagonizada por un monje español en compañía de un príncipe inca al que ayuda a ocultar la poderosa figura en las profundidades de la selva peruana, concretamente en el templo que da nombre a la novela, para que los conquistadores españoles no se hagan con ella.
La segunda trama se ambienta en la actualidad, donde el protagonista es un traductor que acompaña a un comando de fuerzas especiales para guiarles a través de los textos que el monje dejo escritos y donde presumiblemente figura la localización del anhelado objeto.

A priori, un supuesto como el recientemente citado podría dar lugar a una interesantísima propuesta, desgraciadamente, no es el caso que nos ocupa.
Mentiría si dijese que los prolegómenos de la novela, a pesar de desprender ese tufillo de "best-seller", que en estos días se ha convertido prácticamente en un subgénero, no me resultaron interesantes.
Un espejismo de lo que realmente espera entre sus páginas.
En su lugar pronto empiezan a sucederse una serie de escenas esperpénticas. El escritor, si es que puede llamársele así, se dedica a plasmar en oraciones las escenas de acción típicas del cine de acción de los ochenta. Clichés de escenas imposibles que comienzan frugalmente pero que acaban por invadir y metastatizar el libro.
Lanchas que saltan por encima de aviones, tirolinas kilométricas a través de un pueblo asediado para ir a para justo en un caballo a la fuga... ¡¡es que hay que leerlo!!
Esta novela está más cercana a un guion desechado del "Equipo A" que a cualquier otra cosa.

Habrá quien defienda este tipo de lectura, de hecho me he quedado sorprendido, pues al curiosear un poco por la red, hay opinión más buena que mala sobre esta mamarrachada de papel y tinta.
Pero de verdad, hay literatura de acción-thriller de calidad y hay otros que mediante el marketing buscan un consumo rápido que les reporte beneficios, carentes de cualquier atisbo de aptitud que recompense al lector, y desgraciadamente, es el caso de "El Templo".
Quizás, si este relato hubiese sido escrito por un niño de 14-15 años tendría su mérito, pero no es así y no es el desarrollo de pasajes pesados, aburridos y carentes de cualquier habilidad para crear una aventura sólida el único lastre de esta novela.
Es el hecho de que una historia que podría haber resultado atractiva con el planteamiento adecuado, se convierte en un "todo vale".
Una prosa deficiente, unos personajes planos e insoportables que con sus acciones desafían toda ley física, natural, o lógica. Una historia que rápidamente se torna intrascendente, plagada de anacronismos, incongruencias y reiteraciones argumentales en aras de interminables y ridículas narraciones de momentos de acción que son la verdadera razón de ser del libro.
Lo peor de todo, es que los susodichos pasajes de acción que el autor se empeña una y otra vez en hacernos leer, son terriblemente ínfimos.
Exagerados e increíbles, sin nada que aportar, pero nada de nada de nada, a la satisfacción del lector.
Para colmo aún a pesar de ser una historia concebida sobre su vertiente más "visual y plástica", las limitadas dotes del escritor en su narrativa, al menos en esta novela, le hacen fracasar estrepitosamente al recrear y describir dichas situaciones con el acierto que debería al conferirles tantísima presencia en esta novela.

"El Templo" es un despropósito de principio a fin, no os dejéis engañar por las insidiosas coletillas de "alumno aventajado de Neville", ya me hubiese gustado que hubiese una mínima influencia suya o de Crichton, pero no es así. Lo que sí que es, es irritante y exasperante; carente de cualquier virtud en su haber, ni siquiera el hecho de estar divido en capítulos cortos y finalizados con el trivializado y manido recurso del "cliffhanger" ayudan a su desarrollo o a las ganas de continuar con su lectura.
No recomendaría su lectura a nadie, ni siquiera a aquellos que disfruten con novelas de este estilo, pues hay decenas, centenas, infinidad de mejores exponentes en el mundo literario que esta aberración que a fecha de hoy sigue haciéndome pensar que es el peor libro que nunca he leído.


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2 comentarios:

  1. Con toda seguridad, yo no hubiera plasmado tan acertadamente como tu lo has hecho la decepcion tras la lectura de esta "obra". Si tuviera que resumir la lectura solo con unas palabras estas serian sin duda seria: pesada, aburrida sin chispa,carente de motivacion por seguir leyendo.
    Aprovecho, para felicitarte nuevamente por tus opiniones y poder compartir con alguien los gustos por la lectura que por desgracia tan olvidados estan. Un saludo

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    1. Como siempre Francisca, es un placer tenerte por aquí y leerte de nuevo. Me alegro que te guste el blog, esperemos que siga así, y sí, este último es un libro que no recomendaría a nadie bajo ninguna circunstancia. Pesado o aburrido, son adjetivos que le quedan cortos.
      Espero seguir leyendote. Un saludo.

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