Los Eternos de la Dinamita

Se acabó el verano y empieza un nuevo curso, porque no nos engañemos, es en septiembre donde realmente empiezan los años. Vuelta al trabajo, o no tal y como esta este país de pandereta que es España, a los estudios, o no, a la rutina, al asfalto de la ciudad y a la cacofonía del gentío.
Y a pesar de mis infructuosas y amargas quejas aquí estoy yo, escribiendo unas líneas con "Midnight Odyssey" sonando de fondo en alguna pestaña que pone "Youtube", dispuesto a preparar una nueva entrada, (sé que últimamente he estado escaso) y me he dicho, vamos a realizar algo distinto.
Y sin perder la referencia que da sentido a este "blog" voy a abordar un tema distinto.

Como decía, se acaba el verano y empieza un nuevo curso...


















... y eso se nota en todos los campos y disciplinas.

En el de la literatura significa que después de estar todo el verano leyendo sin dar un respiro, 18 señores/as que residen en Suecia deben ponerse de acuerdo para designar un ganador en el mes de Octubre del premio más prestigioso y conocido de cuantos se conceden a las letras.
Acertáis aquellos a los que se os haya venido a la cabeza el Sr. Nobel.
Estos galardones tienen su concepción a través del legado y donación que Alfred Nobel, descubridor de la dinamita entre otros aportes, adjudico en su testamento para la creación de la Fundación Nobel a raíz de un sentimiento de culpa que le acompañó hasta el final de sus días al ser consciente del uso que ejércitos y países hacían y harían de su descubrimiento más famoso.

Una fundación que vería la luz en el 1900 y que se encargaría de premiar a los máximos exponentes en las disciplinas de Literatura, Física, Química, Medicina y Paz, y que desde entonces continúa hasta nuestros días.


Medalla concedidad a los galardonados


Así pues, en unos días conoceremos al flamante ganador de esa pesada medalla con la efigie de su creador al que le acompañan un bonito diploma y un nada desdeñable montante capaz de “tapar más de una agujero”.


Diploma otorgado al guatemalteco Miguel Angel Asturias

Pero, ¿Cómo funcionan las elecciones de los ganadores?

El primer paso consiste en nominar a los autores y ello sólo pueden realizarlo determinadas personas a las que la Fundación haya mandado una credencial oficial, aunque no en todos los casos, para poder sugerir a los posibles premiados.
Estas personas se engloban en cuatro clases:

-Miembros de la fundación y de la academia sueca.

-Profesores de Lenguaje y Literatura de determinadas universidades.

-Escritores laureados con el premio.

 -Presidentes de sociedades de autores que posean una cierta representación en sus países.

A priori puede parecer como una fórmula ideal para que el reconocimiento sea todo lo imparcial posible, pues nadie puede nominarse a sí mismo y son personas que pertenecen (y no ajenas) al gremio y que se encargan de valorar a sus propios colegas, pero como en cualquier distinción, el premio se ha visto envuelto en la polémica en más de una ocasión.
Pero a eso llegaremos más tarde.

En septiembre son mandadas dichas credenciales, en torno a unas 600-700 las cuales han de ser reenviadas a la Academia Sueca con plazo límite de hasta el 31 de Enero con los autores propuestos.
En Abril, esa inmensa lista queda reducida a un escaso grupo de entre 15 y 20 escritores hasta que se reducen a una escueta y selecta lista de 5 finalistas para el mes de Mayo.
Pero es en verano, de Julio a Agosto cuando realmente empieza el trabajo arduo, ya que los miembros del comité han de devorar en ese escueto periodo de tiempo las obras más selectas de dichos finalistas, lo cual, en mi opinión, me parece más que demencial, pues se antoja un periodo demasiado breve como para evaluar con la debida precisión que un premio de estas características requiere, la calidad de cada autor que es al final de lo que se trata.
Sea como fuere, es durante el mes de Septiembre donde los miembros discuten y eligen al ganador que será anunciado en Octubre, para que finalmente en el mes de Diciembre recoja su premio en una ostentosa ceremonia que se viene celebrando desde hace más de 100 años y así continuar con este ciclo una y otra vez.

A continuación os dejo un diagrama de la propia fundación en un perfecto, pero simple inglés.



Proceso para la elección del premiado en Literatura.






Como anécdota del proceso os diré que los "finalistas" de cada año no son revelados al público hasta que no transcurre medio siglo.

También resulta interesante el saber que a lo largo de sus múltiples ediciones y por diversas causas (mayoritariamente las guerras mundiales) se ha omitido la entrega de 50 de estos premios, 7 de ellos concernientes a la rama de la Literatura.
O que dos escritores rechazaron el premio, el soviético Pasternak por presiones de su gobierno en el 58 y el francés Sartre en el 64 por cuestiones ideológicas.
Para los curiosos de esta información podeis encontrarla más detallada y con más anécdotas en la página oficial de los Premios Nobel.

¿Y por qué la polémica en torno a los premios?

Bueno, principalmente porque contentar al ser humano es una tarea harto imposible, pero lo cierto es que la academia ha tenido a bien de olvidarse de grandes nombres cuya aportación ha sido enorme al mundo de las letras mientras que se ha fallado a favor de autores de discutible relevancia en el panorama.
Escritores de talla como Graves, Vidal, Proust, Joyce, Kafka, Tolstoi, Zola, Borges, Nabokov o Cortázar fueron injustamente ignorados y es difícil no discrepar con la ausencia de estos autores en cualquier lista de imprescindibles que se precie.

El premio es un prestigioso reconocimiento y útil herramienta para descubrir nuevos autores y mundos donde sumergirnos, pero a veces es un arma de doble filo donde la importancia y excelencia de escritores como los anteriormente citados, sin verse opacada, sí que puede verse mellada de cara al gran público en detrimento de otros de menor importancia, pues no puede ignorarse el escaparate de reconocimiento mundial que supone el alzarse con este trofeo. Y esta sensación se acrecenta cuando se ha leído alguno de los trabajos de estos olvidados, pues uno no puede más que expresar un suspiro de tristeza por lo que muchísima gente quizás nunca llegue a conocer y disfrutar.
Pero siempre quedará la esperanza de que el lector asiduo y conocedor, siempre acabará por encontrarlas, pues como sabeis "todos los caminos conducen a Roma".

Aun así, el desgaste que ha erosionado el reconocimiento de los premios se ha hecho evidente en los últimos años, sobre todo en la disciplina de la Paz, con ese monstruoso error que acompañará a la Academia hasta el fin de sus días con nombre de Obama, por citar algún caso reciente. Y aunque la rama de la Literatura es quizás una de las menos controvertidas, no por ella se ve exenta de escándalos o críticas. Por ejemplo, Suecia, organizador, anfitrión y sede de la fundación, posee 7 laureados y se posiciona quinta en el ranking, o recientemente, el vergonzoso circo (injusto totalmente) que se montó en torno al chino Mo Yan, último laureado hasta la fecha.
Y aunque es inevitable que esto siga acaeciendo puesto que no pueden otorgarse los premios a título póstumo y muchas figuras se verán olvidadas en el transcurso de los años, hay algunas personalidades que aunque siempre son mencionadas, cada vez se acercan más al punto de no retorno y de seguir así pronto habrá que sumar sus nombres a esa ya de por sí larga y aciaga lista.

Y si hemos de nombrar algunos nombres yo os propongo cuatro de ellos que llevan años sonando pero que nunca terminan de asaltar el reconocimiento que merecen, los eternos de la dinamita.

Abriendo la lista os hablaría del más "joven" y en mi opinión el que más posibilidades posee para ganarlo en un futuro, el libanés Maalouf, de 64 años.
Este autor lleva años metido en todas las quinielas, y con razón. Cualquiera que haya leído alguna obra suya coincidirá en que su dominio del lenguaje y sus novelas de corte histórico raya un nivel de maestría y realismo único.
Hace muchos años me leí "León, el Africano" y desde entonces siempre la he considerado como una de las mejores novelas históricas de los últimos tiempos.
Escrita con una precisión exquisita y enseñando caras del prisma cultural arábico que uno jamás imaginaria.
Una delicia de principio a fin.
Maalouf cuenta en su haber con grandes premios de alto prestigio en el mundo literario y eso siempre ayuda a la proyección de su figura, y sería injusto pasar por alto lo "joven" de su edad, que por ende le confiere un margen más amplio que a otros escritores, ¡pero! la vida da muchas vueltas y sería una lástima que un escritor como este nos abandonase sin su debido reconocimiento, pues como ya he dicho, cualquier conocedor de su obra no podrá estar más de acuerdo en que es un autor que merece dicho reconocimiento sin más dilación.

Amin Maalouf, oriundo del Líbano

Si seguimos escalando puestos en un orden cronológico llegamos al siguiente puesto donde hay que tomarse las cosas con más precaución.
Con 75 años nos encontramos a Joyce Carol Oates, escritora norteamericana.
Autora de decenas y decenas de novelas, ensayos, poesía, relatos, etc...
Os confieso que antes de tener mi primera aproximación hacía su trabajo, me informe sobre su persona y obra, y acabe por abordarlo con cierto recelo, pues me parecía descabellado que pudiesen haber autores que dieran a luz una obra tan extensa y prolija como en este caso. Yo soy partidario de dejar madurar las obras, pero no es menos cierto que después de leer varias de ellas cualquier duda al respecto de su calidad queda disipada.
El último libro que disfruté de ella fue, "La Hija del Sepulturero" un ejemplo exquisito de cómo transformar una historia mundana en una oda a la supervivencia, al instinto protector a la familia y los ideales.
Una historia muy emotiva, que no puedo más que recomendar.
Sin lugar a dudas una escritora en mayúsculas y al igual que Maalouf imprescindible para fortalecer el prestigio del galardón.



Jayce Carol Oates


Llegamos a los 80 años, y este señor del que os voy a hablar me parece sin ningún género de dudas uno de los escritores más subestimados y desconocidos de la literatura contemporánea.
Un eremita que siempre ha renunciado a la fama que repudia con gran tesón y del que es difícil arrancar el compromiso de una entrevista.
Sí es cierto que en los últimos años ha alcanzado cierto reconocimiento por parte de la masa, que no de la crítica que lo lleva alabando decenios, gracias a las adaptaciones de sus últimas novelas, "No es país para viejos" y "La Carretera"
Y es que, Cormac Mccarthy, lleva desde los años 60 escribiendo, describiendo y diseccionando al ser humano, su psique, y su violencia más primitiva. Envuelto todo ello en un lirismo poético en su narrativa que os garantizo que no posee ningún otro autor.
También entiendo que no posee una obra fácil de leer, pues hace gala de una prosa muy particular, pero cualquiera que se adentre en sus relatos de sangre y polvo podrá valorarlas.
Para mí sería la mayor decepción de cuantos escritores contemporáneos fallecieran sin el galardón más prestigioso de las letras.
Echadle un ojo a pequeñas joyitas, como "El Guardián del Vergel" o "Todos los Hermosos Caballos" y entenderéis el por qué.
IMPRESCINDIBLE.


El Americano Cormac McCarthy


Y por último, pero no menos importante, con 81 años y habiendo escrito mi libro favorito hasta la fecha os traigo a Eco, Umberto Eco.
Italiano adorador de la saga de James Bond y autor de uno de los libros más importantes de las últimas décadas (entre otras muchas obras).  La obra maestra "El Nombre de la Rosa".
Autor de 6 novelas e infinidad de ensayos y trabajos, se ve en la misma tesitura que los demás, infinidad de años propuesto y postulado para el premio pero desgraciadamente transcurre el tiempo, y sigue sin el debido reconocimiento merecido.
Cualquier obra suya alcanza la excelencia literaria, pero es sin duda con su ópera prima, la anteriormente citada, donde se alcanza un nirvana literario en su goce y lectura que cualquier persona, habitual o no del papel y la tinta, debería descubrir obligatoriamente a lo largo de su vida.

Umberto Eco



En menos de un mes se conocerá el ganador de 2013, y sea quien sea, siempre, pero siempre, merecerá la pena descubrir su obra, pues si hay un premio (aunque se encuentre un pelín en horas bajas) que cumple su función en la literatura, de reconocimiento y valía, ese es el Nobel.
Por otra parte, estás personas merecen más el título de ganador que de "Eterno" u "Olvidado" y al premio le sentaría muy bien para que recuperase parte de esa solidez que se viene abajo cada vez que se ignora a figuras de este calibre.
Siendo sincero no albergo muchas esperanzas, no creo que alguno de ellos lo alcance más que Maalouf, y el día que vea pasar a Oates, McCarthy o Eco a engrosar la lista de "Olvidados" será un día donde se haya cometido una gran injusticia literaria.
Ojalá me equivoque.

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