Metro 2033 - Dmitry Glukhovsky



Si ha habido alguna sorpresa en los últimos años dentro del infravalorado y minoritario género de la ciencia ficción, pocos ejemplos mejores se me vienen a la cabeza que la ópera prima del ruso Dmitry Glukhovsky "Metro 2033".
La curiosa historia que rodea a este libro tiene su génesis a través de internet, cuando fue publicada por el autor en 2002.
Debido al apabullante éxito y excelente acogida por los usuarios se propició que la edición impresa se hiciera realidad tres años más tarde, en 2005, suceso que además confirió al autor la oportunidad de cultivar una faceta de escritor que en corto periodo de tiempo ha entrado en una vertiginosa espiral en la que se han gestado una secuela, otra novela independiente de título "Crepúsculo" y la adaptación al videojuego de "Metro 2033 y Metro 2034"



 ¿Y qué hace a esta historia tan especial?  Son muchos los elementos que contribuyen a ello, pero si hubiese que destacar alguno, sería la infatigable originalidad que desborda página tras página.
"Metro 2033" sitúa su punto de partida como una distopía en la que población superviviente moscovita de un holocausto nuclear ha encontrado como único refugio la vasta red de metro de la ciudad. Las estaciones se han convertido en improvisadas ciudades, ordenadas en ocasiones por ideologías o extremismos, pero con el denominador común de que cada vez resulta más difícil sobrevivir.

Glukhovsky convierte la red de metro rusa en un mapa político al servicio de su oda, pero si hablaba de los diferentes elementos que contribuyen al éxito de esta historia y alababa la originalidad como el más importante, siguen siendo unos cuantos aquellos que no le van a la zaga y uno de esos es la ambientación.

El autor ruso confiere a su historia una increíble riqueza de detalles y folklore que por momentos nos hace creer en la utópica ciudad asentada a lo largo de los túneles del subsuelo de la Federación Rusa.
Y aunque a priori, y digo sólo a priori porque el libro se reserva muchas sorpresas, pueda parecer un "mundo limitado" por donde se encuentra desarrollado, la habilidad de Glukhovsky para llevarlo a su máxima expresión es digna de admiración.
Facciones, alineaciones ideológicas y políticas, mitos propios, personajes y criaturas inolvidables, leyendas y un sinfín de detalles que terminan por conferir al entorno el papel de protagonista absoluto de la novela.
Un lugar de muerte, plagado de hostilidades cada vez más peligrosas conforme los personajes se internan en la extensa red de metro.
Y es precisamente por ello, una amenaza que puede llevar al fin del último refugio de los ciudadanos, lo que pone en marcha esta historia.

Dmitry Glukhovsky
Artyom es el protagonista de la novela, un joven que "vive" en una de las estaciones del perímetro de la red.
Pronto comenzará a experimentar una serie de visiones cada vez más acuciantes al respecto de una creciente amenaza a la red de metro.
En el exterior la flora y fauna han cambiado para adaptarse a un medio ambiente inhóspito al hombre, y son cada vez más frecuentes los ataques a las estaciones más aisladas, donde todo tipo de criaturas comprometen la seguridad de la red.
A nuestro protagonista le será encomendada la misión de hacer llegar un mensaje de alerta al resto de estaciones, pero a medida que se desarrolle la historia, las visiones irán ganando peso en la toma de decisiones y evolución de los acontecimientos a lo largo de la obra de la cual nada más desvelaré.


Metro 2033 es sin duda una de las mejores obras de ciencia ficción que he leído y una de las novelas que más he disfrutado de los últimos años.
El mundo que recrea el autor es incomparable y está repleto de sorpresas, crudeza y momentos inolvidables como la visita al "Kremlin" o a la "biblioteca" por citar algunos ejemplos.
Los personajes que pueblan este relato casan a la perfección y contribuyen al enriquecimiento y desarrollo del actor principal que va creciendo de menos a más a lo largo de los capítulos para dejar atrás la juventud y convertirse en un protagonista más maduro y sombrío, algo que también sucede con la novela.
Un libro que va madurando y creciendo exponencialmente conforme va desgranándose página a página.

Son los capítulos iniciales los que carecen un tanto de la gran intensidad de la que hacen acopio los sucesivos, pero esa sensación se vuelve pasajera tras un corto periodo de tiempo y es sustituida por el irremisible interés que suscitan los eventos que han de afrontar los personajes, y de nuevo, gracias al rico mundo creado por Glukhovsky.
Un decadente entorno descrito todo lujo de crudos detalles donde también se esconde una crítica o mensaje a la sociedad.
Una sociedad, la del relato, en la que impera la ley de supervivencia del más fuerte, donde prácticamente todo se resuelve mediante algún tipo de violencia y que conforme el lector avanza por entre sus páginas, más fácil se le hace extrapolar el ejemplo con la actual.
Todo ello para acabar en un final que a mí me resultó soberbio y totalmente inesperado, algo que acaba por resultar en un estupendo y excelente broche de oro para cerrar esta magnífica historia.

Tanto si os gusta la ciencia-ficción como si no, dadle una oportunidad a este libro.
Como mínimo leeréis algo distinto a lo habitual y series invitados a una propuesta que rezuma originalidad a cada página y que sin lugar a dudas acaba por resultar un imprescindible dentro del género.

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