El Misterio del Tren Azul - Agatha Christie

El misterio del Tren Azul, último libro devorado por mi parte de esa estupenda escritora que es Agatha Christie y como es habitual en sus trabajos, y esta novela no es la excepción, tiene todas y cada una de las señas de identidad que encumbraron, y mantienen aún, su nombre como uno de los más importantes nombres del género policiaco.
A saber, una narración deliciosamente elegante, unos personajes bien construidos y una trama excelentemente desarrollada...¡pero!, a pesar de estas virtudes, El misterio del Tren Azul también posee algunos contras que la convierten, no en una mala o mediocre historia, pero sí en una de las más flojas surgidas de la pluma de la inglesa.

Como mencionaba un poco más arriba, mediante una escritura elegante y muy precisa, Christie nos presenta la historia de Van Aldin, que contratará a Hercule Poirot, uno de los dos personajes fetiche de la escritora inglesa en sus novelas, para esclarecer todos los vericuetos de los sucesos acaecidos en el expreso que da nombre al libro y en el que confluirán innumerables elementos como para conformar esas telas de araña que tanto gustaba a la autora conformar para sus lectores: herencias, infidelidades, joyas, robos, personajes de dudosa reputación...etc.
Una enredada madeja que Poirot habrá de desgranar pista a pista, y que el propio lector puede intentar a su vez página a página con la tranquilidad de que Christie no es una/o de esas/os autoras/es que hacen trampa o juegan al despiste.

Como es costumbre en su obra, el relato comienza con unos cuantos capítulos dedicados a conocer a los diversos personajes encargados de conducir la función, así como sus motivaciones, sus diferencias entre ellos, o sus simpatías para con algunos; para a continuación ceder el protagonismo al detonante de la trama, de la cual nada revelaré, pues sin lugar a dudas, uno de los grandes alicientes que planea sobre las historias de la autora, es su gran habilidad para sumergir al lector en la intriga y hacerlo participe de esta para que albergue en su cabeza dudas y conclusiones propias que den respuesta a los múltiples interrogantes que le asaltan capítulo a capítulo.

He de confesar, y con una punzada de orgullo además, que me satisfizo la lectura de esta historia más de lo debido, pero por razones totalmente distintas a las que estoy acostumbrado, y es que, es la primera vez, tras varias novelas y relatos cortos de la literata, que consigo adelantarme a averiguar al/los criminal/es unos pocos capítulos antes de la resolución final y como ya digo, al menos en mi caso, me supuso una gran alegría, infantil quizás, pero así fue al fin y al cabo.
Agatha Christie
Ahora bien, uno de los motivos, entre otros, que me llevaron a la temprana conclusión fue la relativa simplicidad de la historia pues lo cierto es que El misterio del Tren Azul queda muy alejada de los mejores trabajos de la autora, e incluso como una novela de menor importancia tiene carencias llamativas.
Hablaba de cierta simplicidad en su historia, cualquier lector que haya leído anteriormente alguna de sus múltiples aventuras, coincidirá en que nos encontramos con un desarrollo muy alejado de aquellos enrevesados casos en los que el leyente difícilmente podía imaginar quien era el antagonista hasta las últimas páginas, deviniendo la respuesta en forma de giro argumental que no sólo sorprendía, sino que además servía para encajar todas y cada una de las piezas restantes del puzle de una manera sobrecogedora.
Y ya no es sólo la complejidad, lo es más quizás, el hecho de que no consigue resultar tan atractiva o interesante como otras crónicas de Christie, resultando no insustancial, pero sí evidenciando que la dimensión que se le podía adjudicar a esta ha sido sobredimensionada, que de haberse quedado en un relato corto, por ejemplo, podría habérsele sacado mayor partido tanto a los personajes, como al escenario en el que se desarrolla.

En conclusión, El misterio del Tren Azul no pasa de ser una entretenida propuesta dentro de la bibliografía de la autora, sin más.
Carente de esos grandes momentos que tan a menudo se pueden encontrar entre sus libros y que han malacostumbrado a los admiradores de la inglesa.
Es quizás una novela, exquisitamente escrita eso sí, que queda muy alejada del verdadero talento de su autora para confeccionar historias sorprendentes y atemporales, y que en un formato más reducido hubiese resultado mejor avenida.
Y aunque no deja de resultar una lectura entretenida, la recomendaría exclusivamente para acérrimos de Christie, para los que neófitos, probad por ejemplo, que se me viene a la cabeza entre otras muchas, "El asesinato de Roger Acroyd" si queréis averiguar y disfrutar del verdadero potencial de la autora.


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